Cada día nuestros ojos rinden al máximo sin que nos demos cuenta: lo principal es que vemos todo. Es fatal cuando ya no podemos confiar en este sentido y nuestra visión se nubla lentamente, como ocurre con las cataratas. Aún más fatal: nuestros ojos, junto con el cerebro, son capaces de compensar tales cambios en la retina. Pasan desapercibidos durante mucho tiempo y normalmente sólo se descubren cuando partes de la retina ya están irreparablemente dañadas. Por lo tanto, los exámenes oculares periódicos son una forma importante de detección temprana y ayudan a mantener la salud ocular.